[PERIODISMO DIGITAL] Con fotos, jóvenes hacen reflexionar al Barrio Popular y a Medellín misma

Octubre 26 de 2011


La exposición fotográfica Mi barrio, mi familia, en la estación Popular del Metrocable a Santo Domingo, muestra el patrimonio e identidad del Popular 1, barrio de la Comuna Uno, en el Nororiente de la ciudad. Busca derribar el estigma de conflicto y pobreza que tiene esa comunidad.



María Selene Romero es uno de los 18 personajes que ha llamado la atención de los jóvenes de la Institución Educativa Fe y Alegría del Popular 1.


Por Vanessa López Suaza
Fotos por Vanessa López Suaza


vlopezs@eafit.edu.co

A través de las 18 fotografías se muestran personas que, de acuerdo con los jóvenes, identifican a los habitantes de la Comuna Uno. Un pie de foto resume la historia de quien aparece o su papel dentro del barrio. De María Selene Romero, por ejemplo, se cuenta que es una madre comunitaria que madruga para cuidar, educar y entretener a sus hijos y a otros niños del barrio. Además, dice que lleva 27 años viviendo en esa comunidad.

La exposición fue realizada por el Museo de Antioquia y estudiantes de la Institución Educativa Fe y Alegría del mismo sector. Elizabeth Echavarría Vanegas, estudiante de 16 años, explica que decidieron priorizar como patrimonio a las personas porque la memoria de cada integrante del sector, la manera como lo ha visto evolucionar y los valores que cada uno tiene es lo que vale la pena y lo que alimenta ese patrimonio e identidad.


Las fotografías pueden apreciarse al usar las escalas de la estación Popular del Metrocable. El balcón en el que están expuestas tiene una buena vista del sector.


El proyecto comenzó en febrero de 2011 a través de reuniones semanales dirigidas por un equipo interinstitucional de profesionales con un grupo cercano a 80 alumnos entre 11 y 16 años de edad de la Institución Educativa Fe y Alegría.

De acuerdo con Carlos Jiménez, comunicador del Museo de Antioquia, su desarrollo se apoyó en la metodología Investigación Acción Participación (IAP), así que en cada encuentro los jóvenes contaban sus propias historias, reflexionaban sobre su entorno, entrevistaban, escribían e indagaban sobre su patrimonio, identidad y cultura.


El proyecto y el conflicto


La docente de ese colegio, Zynaida Quiñones, expresa que los jóvenes ignoraban las problemáticas de conflicto, de los pocos recursos económicos con los que se asocia a la Comuna Uno y debido a esto la carencia de oportunidades. Pero durante las conversaciones ellos hicieron aportes maduros y eso les permitió querer más el entorno en el que están, a pesar de estar marcados socialmente por una historia de violencia.
Según la profesora, ahora los jóvenes son más respetuosos, tienen muy buena convivencia y son más responsables con el estudio: “Se dieron cuenta que su comunidad vale la pena porque en ella habitan personas sabias, cariñosas, artísticas y pacíficas”.

Para la estudiante Elizabeth Echavarría, el conflicto es por falta de convivencia y también de reconocerlo, desencadena en violencia y a muchas personas les cuesta aceptarlo.

Ella afirma que la intención del proyecto abrió la posibilidad de entender que en el barrio hay personas muy diferentes y que a pesar de esas diferencias saben convivir en paz, amar su territorio y eso es lo que justifica el nombre y el desarrollo de la exposición.

Andrés Arredondo Restrepo, antropólogo del área de atención a víctimas y coordinador del programa de Museos Comunitarios, plantea que el proyecto está enfocado a temas específicos como la memoria, la identidad, la cultura y el territorio que de manera integral con otros proyectos de atención a víctimas les hace un acompañamiento efectivo y afectivo.

Arredondo dice que aunque no se está trabajando directamente con el conflicto o con las víctimas, sí se comprueba que esa problemática emerge de forma permanente en el trabajo desde los Museos Comunitarios.



Además de Mi barrio, mi familia


Dentro de ese proceso de interrogar la realidad, de asociación y expresión en torno a ella hay más exposiciones montadas. Una en el Parque Biblioteca España, una muestra fotográfica ubicada en la Sala Mi Barrio. Expone la reflexión de algunos jóvenes sobre su propia experiencia y se convierte también en un proceso de reparación.



El asistente del Museo de Antioquia Fernando Zárate ayuda a los trabajadores en el montaje de la exposición fotográfica.


Hay trazado un circuito expositivo en los siguientes lugares: Núcleo de Vida Ciudadana, Fundación Ratón de Biblioteca, Sala Mi Barrio, Parque Biblioteca España y la estación Popular del Metrocable.

Actualmente el Museo de Antioquia acompaña otro proceso de Museo Comunitario en la ciudad en el barrio Las Flores, de la Ciudadela Nuevo Occidente; el tema que prioriza la comunidad es las flores, por lo que denominaron el proyecto Jardines comunitarios.


¿Qué dicen los espectadores?



Juan Eugenio Cardona trabaja con el laboratorio de familias del programa Buen Comienzo y es usuario del Metrocable. Él opina que es muy importante que el mismo barrio pueda verse reflejado en la muestra fotográfica. Piensa que le da identidad al barrio y la gente se reconoce y genera sentido de pertenencia entre los miembros de la comunidad.


El proyecto pretende cambiar referentes negativos del sector y generar identidad en los habitantes del barrio.


Mauricio Henao, operador de la estación Popular, comenta: “La gente se motiva a ver la exposición porque se reconoce entre sí y dicen ‘aquella es mi vecina’, ‘a aquel yo lo conozco’ y leen la historia de cada foto”. Cuenta que la muestra fotográfica comunica la idiosincrasia del barrio y el progreso que ha tenido.

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